Non Limits City
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Los territorios metropolitanos conviven en una espacie de tensión donde siempre el planeamiento y la deriva de usos urbanísticos concuerdan y por tanto se olvida con frecuencia que este conflicto conlleva los gérmenes de la pérdida del sentido del lugar. Estamos ante la ciudad sin límites o donde estos constituyen un lugar donde conviven tendencias, exclusiones y desbordes en un solo instante.
Barcelona no es excepción y a pesar de la “teología” del urbanismo BARCELONES referente a la altura de la ciudad, esta se da “el lujo” de masificar los bordes hacia Hospitalet y en el sentido de San Andreu porque a mi entender se trata de un extrarradio lejano de la visual de la hegemónica burguesía catalana_ barcelonesa y por tanto no molesta a aquellos que se aíslan entre Sarria y Pedralbes sin traspasar la Diagonal que actuaria como frontera socioeconómica entre esa burguesía y la Barcelona humilde, inmigrante y popular.
No sería ilógico pensar en una experiencia ecosuficiente en la cual los edificios capaces de albergar plazas ecológicas, jardines en altura y masas vegetales, tal y como proponía el arquitecto CHINO JIANG BIN en “self suffi cientcity” (ponencia promovida por IAAC en Cataluña), o como proponemos a través de Edenburg and Partners para los edifi cios denominados LOW COST, donde las plazas activas se distribuyen cada diez plantas en un parque intermedio y proporcionan energía solar y eólica, plantaciones de hortalizas además el efecto fotosíntesis, y a su vez solucionando en parte los movimientos y desplazamientos horizontales en la ciudad, a través de la construcción de viviendas, hábitat de trabajo, hoteles, ofi cinas, restaurantes, parking, servicios imprescindibles e incluso ocio, situadas en estas mega estructuras continuas que podrían llegar sin difi cultad técnica a 50 plantas donde decenas de miles de habitantes convivirían “casi” sin salir del mega-hábitat-urbano (MHU).
Low cost city (LCC) es una de las respuestas al proceso irreversible de la concentración socio urbana, durante el tiempo que sea necesario para crear ciudades satelite “cercanas” y culturalmente posibles. Diré cercanas en relación al tiempo de viaje hacia y desde ellas que incluyan la medida y dimensión cultural cuantitativa que les permitan acceder o traspasar el umbral del no retorno hacia la autosuficiencia.
Estos lugares/ciudad constituyen una serie de imágenes y un circuito de mensajes que juntos crean (creatividad) crean (creencia) y recrean (redibujan, repiten) el nuevo tipo de ciudad accesible, a inmigrantes lejanos, inmigrantes autóctonos y amantes del riesgo. En ellas deberán olvidar, reciclar, renombrar, repensar la configuración de sus vidas en el nuevo hábitat.
Seguramente viviremos en estos nuevos entornos sensaciones desconocidas donde el movimiento será protagonista se asemejara casi a vivir dentro de un microship donde se muevan a velocidades ultrasónicas partículas infinitamente pequeñas e invisibles.
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Non Limits City
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Los territorios metropolitanos conviven en una espacie de tensión donde siempre el planeamiento y la deriva de usos urbanísticos concuerdan y por tanto se olvida con frecuencia que este conflicto conlleva los gérmenes de la pérdida del sentido del lugar. Estamos ante la ciudad sin límites o donde estos constituyen un lugar donde conviven tendencias, exclusiones y desbordes en un solo instante.
Barcelona no es excepción y a pesar de la “teología” del urbanismo BARCELONES referente a la altura de la ciudad, esta se da “el lujo” de masificar los bordes hacia Hospitalet y en el sentido de San Andreu porque a mi entender se trata de un extrarradio lejano de la visual de la hegemónica burguesía catalana_ barcelonesa y por tanto no molesta a aquellos que se aíslan entre Sarria y Pedralbes sin traspasar la Diagonal que actuaria como frontera socioeconómica entre esa burguesía y la Barcelona humilde, inmigrante y popular.
No sería ilógico pensar en una experiencia ecosuficiente en la cual los edificios capaces de albergar plazas ecológicas, jardines en altura y masas vegetales, tal y como proponía el arquitecto CHINO JIANG BIN en “self suffi cientcity” (ponencia promovida por IAAC en Cataluña), o como proponemos a través de Edenburg and Partners para los edifi cios denominados LOW COST, donde las plazas activas se distribuyen cada diez plantas en un parque intermedio y proporcionan energía solar y eólica, plantaciones de hortalizas además el efecto fotosíntesis, y a su vez solucionando en parte los movimientos y desplazamientos horizontales en la ciudad, a través de la construcción de viviendas, hábitat de trabajo, hoteles, ofi cinas, restaurantes, parking, servicios imprescindibles e incluso ocio, situadas en estas mega estructuras continuas que podrían llegar sin difi cultad técnica a 50 plantas donde decenas de miles de habitantes convivirían “casi” sin salir del mega-hábitat-urbano (MHU).
Low cost city (LCC) es una de las respuestas al proceso irreversible de la concentración socio urbana, durante el tiempo que sea necesario para crear ciudades satelite “cercanas” y culturalmente posibles. Diré cercanas en relación al tiempo de viaje hacia y desde ellas que incluyan la medida y dimensión cultural cuantitativa que les permitan acceder o traspasar el umbral del no retorno hacia la autosuficiencia.
Estos lugares/ciudad constituyen una serie de imágenes y un circuito de mensajes que juntos crean (creatividad) crean (creencia) y recrean (redibujan, repiten) el nuevo tipo de ciudad accesible, a inmigrantes lejanos, inmigrantes autóctonos y amantes del riesgo. En ellas deberán olvidar, reciclar, renombrar, repensar la configuración de sus vidas en el nuevo hábitat.
Seguramente viviremos en estos nuevos entornos sensaciones desconocidas donde el movimiento será protagonista se asemejara casi a vivir dentro de un microship donde se muevan a velocidades ultrasónicas partículas infinitamente pequeñas e invisibles.