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Palabras de Ronaldo Deligdish

La obra de Shimon Edenburg en su libro ‘Lugar de Lugares’ incursiona en los intersticios de la relación entre lo virtual y lo urbano, fundamentalmente en la ciudad, en estos tiempos de inicio del Siglo XXI; ellos desde una prosa casi poética hasta el más acabado desarrollo epistemológico.

Presenta conceptos que hacen nuestra cotidianidad, uno central para poder comprender la dinámica del modelo global, me refiero al de NO LUGAR y LUGAR; definiendo NO LUGAR como esos espacios que nos son ajenos y no nos sentimos identificados con ellos, como pueden ser los aeropuertos, autopistas, Shopping Center; su fin último es que los cuerpos circulen.

EL LUGAR, en cambio, hace a la identidad, al vínculo y a la historia; el NO LUAGAR estaría deshumanizado.

Shimon parte del concepto de espacio nómada desértico y de allí al un DESIERTO VIRTUAL determinate de un nuevo comienzo, es decir, desde una reconstrucción: un nuevo comenzar.

Los formadores de opinión hacen la forma de percepción del mundo circundante, también a un sujeto anestesiado, es decir, sometido a un proceso de aculturación, inducido a la asimilación de un entorno cultural que no es el propio, una mutación a una cultura adquirida de de-culturación. La pérdida de nivel cultural alcanzado permitiendo una simulación al interior de la dicotomía real-parlante-virtual, involucrando a muchos millones de personas diariamente que se constituye en un LUGAR construyendo identidad e historia con actores sociales que en su interactuar cotidiano, se da en un contexto de precariedad en las relaciones sociales a todos los niveles como la arena que se esfuma entre nuestros dedos tal y como lo describe Zigmund Bauman en ‘Vida Líquida’, lo que deriva en tensiones y demandas permanentes.

Shimon cita otros procesos históricos del pasado que imprimieron cambios paradigmáticos como lo es el mayo francés del 68.

¿sería posible que en nuestro escenario actual pudiera darse una respuesta así desde el movimiento de los indignados?

La sociedad de consumo sería como una lancha dalmática entre el objeto y el sujeto, y este antagonismo se resuelve con la doblegación del sujeto al objeto y la imposición de necesidades artificiales.

¿Cómo se resuelve ese hiper-consumismo supérfluo y desesperado en una sociedad como la de Israel que ha comprado el modelo a paquete cerrado?

La desinfección puede darse en un espacio virtual, motivado por un «aislacionismo voluntario», es decir, una elección individual que pudiera desencadenar en profundas crisis interpersonales y que como disfunción ya no puede abordarse únicamente desde lo psicológico-psicoanalítico individual.

¿Cuál sería el impacto psico-social y psico-sociológico del chat, skype, messenger y otros en las relaciones sociales e interpersonales?

Hoy en tiempos post-industriales, la consolidación de la revolución científico-tecnológica marca una reducción en la interacción directa, redirecionándola al mundo virtual, acompañada por una profunda crisis de valores, de precarización laboral, de depresión financiera que ha movido a un proceso de re-acomodamiento sistémico.

¿Cuál sería, a tu criterio, los mecanismos de resolución de la crisis y que la confrontación entre ganadores y perdedores no derive en explosiones sociales a las cuales no haya retorno?

En este contexto, el movimiento social de «Los Indignados» reivindica más alla del acceso a vivienda y libertades, hace la exigencia de cambios en el modelo.

¿A qué te refieres cuando hablas de a-utopía como movimiento de diálogo multilateral en el marco de crisis actual de paradigmas?

Tu descripción de la confrontación entre el occidente judeo-cristiano y el islamismo y cómo los sectores fundamentalistas utilizan la revolución cientifico-tecnológica en esta de guerra en términos de Huttington entre civilizaciones.

¿Cúal sería la vía de resolución posible de la invasión silenciosa y de la guerra de vientres que ha ha desplegado a millones de musulmanes en la mayoría de países europeos, poniendo en peligro al occidente plural tal como hoy lo conocemos?

El concepto de libertades tal y como las conocemos en las sociedades occidentales, plurales y de democracia formal, no se daría en la Cuba actual de escases. De alguna manera La Revolución no dio paso a un orden alternativo con mejores condiciones a los cubanos.

Esta afirmación sería contradictoria cuando en la Cuba de hoy las mayorías están sustraídas y hay un mínimo estado de bienestar, situación totalmente opuesta a la realidad de sus vecinos más próximos como Haití, Guatemala y muchísimos otros países de América Latina en la cual las mayorías se encuentra en la indigencia absoluta.

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