“Dios no sólo jugaba a los dados con el hombre” sino que a veces también hacía trampa, por ejemplo al permitir la shoa que visto desde un punto de vista optimista quizás haya previsto que este sufrimiento tenía como objeto probar la fortaleza de todo un pueblo. Me permito dudar sobre la certeza de esta aseveración.
En realidad, creo que Dios ya no estaba allí en 1939, a los albores de la segunda guerra mundial, seguramente tenía mucho trabajo ya que tenía que crear otras galaxias que hoy sabemos que existen y quizás en este mismo momento esté ocupado con algún proyecto, espero que más exitoso que el de aquí abajo.
Es más, creo por deducción lógica debido a su carácter masculino, que también jugó al Ajedrez, Damas, Go, Backgammon, Rumi, Bridge, Dominó, Taba, Truco4 y en especial al Póquer, que seguramente “escolaseaba” allí con San Pedro Jesús y algunos ángeles, que supongo pagaban, ya que no creo que el Todopoderoso fuese rico, opulento o inversor bursátil, porque si lo hubiese sido, hubiera invertido mejor los recursos y la tarta estaría mejor repartida en el planeta tierra.
Escribiendo esto recapacito y me pregunto sobre el hecho de que en esta fase de la historia no había mujeres de referencia en el cielo?. Seguramente estaban allí abajo ocupadas con sus 12 hijos, la cocina, la costura, la limpieza, las tramas eróticas y otras cosas que en el cielo no cabían ya que allí sólo se jugaba a los dados, el ajedrez y otros juegos de hombres.
Quizás la lógica pasa por otra vertiente y otra narrativa mas mundana y social. Hasta aquí las referencias puramente celestiales. En el ámbito de lo terrenal, pienso y creo, luego siento, que pertenezco a ese pueblo que durante cuarenta años deambuló por el desierto de Sinaí, transformándose de alguna manera en “ciudadanos del Desierto”, esa marca que creo llevar a cuestas como referente primario, en mi Profesión de Urban planner, Escultor y Arquitecto. Este espacio desértico abierto, pleno de horizontes, permitirá luego en mi inconsciente; imaginar lugares-ciudades con amplias visuales, omnipresentes; y un horizonte lejano, que permite vaciar inicialmente el espacio creando ausencia y de esta manera configurar un lugar que inducirá la presencia de la nueva construcción que no es otra que la construcción artística.
Este pueblo llamado “elegido”, no adquiere ventajas ni paz ni tranquilidad, ni salvación, ni cuidados, por el contrario; diría que fue elegido sin la gracia del Todopoderoso, o por lo menos sin beneficios visibles. El espacio desértico, ese lugar de planicies, en las zonas costeras, produce un acto emancipador de la tiranía del paisaje abrupto lleno de señales y objetos. Se trata de un espacio de silencios desarraigado, de paso, de transición, casi un no-lugar, extrañamente silencioso, un lugar de introspección y reflexión.
Hay también otro lugar en mi imaginario urbano conocido como Ghetto. A diferencia del desierto, el Ghetto, es ese lugar cerrado, opresivo, de sufrimientos, sin horizontes. Es una pequeña porción de algunas ciudades que conocí, como Roma, Varsovia, Venecia, Girona y Barcelona donde el encierro no alteró la esencia del ser judío, diría que casi fueron entrenamientos forzados que prepararon al pueblo para convivir en Canaán, hoy estado de Israel en solo 22.145km con 470 km de largo y 135 km en su parte mas profunda.
Existe también otro lugar itinerante mas allá del desértico, y es el lugar de Dios, que lleva prisa, generalmente, quizá debido al carácter nómade –omnipresente que se le atribuye al Creador y quizás también por aquello de la movilidad con la que rezan los Judíos.
Somos esos seres errantes, mas que otros pueblos. Y no solo en los 20 tiempos de la globalización. Por lo tanto, ese ser Todopoderoso está allí donde alguien lo convoca, y visto desde las consecuencias a lo largo de la historia, pareciera que no está ni siquiera en el lugar donde hubiéramos querido que El esté, en mas de una oportunidad en la historia del siglo pasado. La otredad religiosa se encomienda desde un lugar de origen del rezo a otro del “supuesto reconocimiento” de la Plegaria.
Si decimos, es porque nos escuchan. Ese lugar de referencia, de la escucha: en hebreo, es el Makom.
Hay referencias a “HaMakom”, “el lugar” en el Midrash Rabbah en Bereishit, (Génesis 68:9) donde explica que esto es para enfatizar que el mundo es contenido en Él y no Él en el mundo. Él no es limitado por el espacio y por lo tanto está presente en todas partes.
Frente a estos tres lugares se encuentra el espacio contemporáneo, el espacio anónimo, el lugar de tránsito, ese momento furtivo, ese momento entre personas que no volverán a verse. Este ámbito de soledad compartida donde el azar esta regido por un acto contractual: estar en el aeropuerto esperando a un avión, habiendo adquirido un billete para volar o simplemente en el supermercado o en mall de turno.
En realidad para mi óptica, estos “no lugares” según definición de Marx Augé, se asemejan a ese espacio nómade desértico del cual hablo anteriormente en el que solo las partes, los detalles y los fragmentos, permiten armar un mapa de las partes, con una verdad contenida en sus pliegues.
La totalidad, ese lugar inalcanzable, será el lugar del detalle, de la contraposición, el contrapunto, el pasaje, el limite, el pliegue y la ausencia. Hay una fracción significativa de lugar que encontramos en los mínimos, lo trivial, lo casi invisible. Walter Benjamin describe a este nómada paseante urbano, consumidor compulsivo, un dandy “ciudadelico”, un anónimo que recorre la urbe, casi un “chupón” de sensaciones momentáneas. Sigue Benjamin “ su mirada es fragmentaria no por que renuncie a la totalidad, si no porque la busca en los detalles casi invisibles”… “ la verdad, entonces, vive en los detalles, pero nunca se asienta en ellos, pasa de uno a otro y sobre todo, emerge en su contraste”.
“El arte como escenario privilegiado de este saber, lleva las marcas del pasado, de la explotación, y el dolor; anuncia el futuro. Pero no hay síntesis sino conflicto: la forma de su verdad es la contradicción”.
No cabe duda del trasfondo marxista de Benjamin que conlleva también el error incluido. El también critica el método marxista y su falta de racionalismo critico. La critica debía estar incluida en la visión del desarrollo socio económico y político de la sociedad que visiono Marx y elaboro Benjamin.
Hay lugares que no existen sino por la narrativa que los llama a concurrir a la formalización del puzzle del sujeto. Se trata de lugares imaginarios, utopías solo unificadas dentro de una red de significados que le dan un carácter de mito. De esta forma de entender la ciudad se desprende a mi manera, la noción de MAKOM siglo XXI que no se percibe ni en Paris, ni en New York, ni en Berlín entre otras, y a la vez en todas.
La nueva ciudad transoceanica es Internet, esa especie de simulacro virtual que unifica y enlaza a quinientos o más millones de internautas que declaran ser amigos, de “esta manera” lejana, impersonal, efímera que también produce efectos de inmediata rebeldía, comunicación e invitación a la revuelta que estamos viviendo en este 2011 en muchas ciudades, casi a nivel de epidemia.
El nuevo lugar de lugares será seguramente “la nube”.